Nota inicial: esta etapa forma parte del antiguo GR 123, un proyecto del que apenas queda señalización o información, aparte de lo que publicó en su momento el Club de Montaña Ganguren y que siguió el blog de Bicipoli (con muchos puntos en los que no seguía el trazado oficial). Mi primer contacto con el camino fue una subida a la Peña El Moro siendo niño, con mi padre, allá por el año 90, y ya recuerdo que no estaba muy bien marcado y algo nos perdimos en la niebla. En la actualidad el marcado es totalmente fósil y en algunos puntos no se puede ni saber por dónde iba, hasta el punto de que la Federación Vizcaína de Montaña no tiene documentación ni tracks del trazado original. Y digo original, porque en 2012 la Diputación Foral de Vizcaya asume el actualizar el sendero, con modificaciones de trazado, y ahora mismo, a diciembre de 2018, en la divisoria con Cantabria y la parte burgalesa por Ordunte no hay apenas nada marcado, algo que no se entiende desde un enfoque de sendero GR, homologado por una federación de montaña, pero la DFV ya tiene anunciados todos los tramos y colgados los tracks, de manera que el senderista que se enfrenta al camino se va a encontrar con muchas trampas: zonas sin marcar, zonas marcadas con el nuevo trazado, marcas antiguas en diverso estado de deterioro (en el caso particular de esta etapa, hay marcado nuevo en todo su recorrido, con deficiencias varias pero se podría seguir sin excesivos problemas, y persiste trazado antiguo en la carretera de subida a Cueto, y en la ladera izquierda de bajada a la cantera de Pozalagua y luego la carretera hasta Ranero, lo que induce a confusión). Los post sobre las etapas de frontera cántabra, de Musques a Trucíos, de Trucíos a Carranza, de Carranza al Puerto de Ubal, de Ubal a Montija, y de Montija a Valmaseda son un intento de que el antiguo camino perdure en la memoria, de cara a cuando se realice el nuevo. Nuevo que esperemos no se meta en territorio cántabro, perdiendo la esencia de Vuelta a Vizcaya, y si decide bajar a Lanestosa y Calera del Prado, vuelva a enganchar la divisoria por el Arroyo los Guindos hacia Las Arreturas, o por el Sedo y La Mesada a la cabecera del Pozo Negro y subiendo a Rebedules, o simplemente por la pista de Arreturas a Salduero, como lo hacía en el pasado (pasado en el que hacia una ilógica bajada a Montija desde el Zalama, perdiendo la frontera vizcaína).
La etapa parte desde La Iglesia, en Trucíos, para subir al barrio de Cueto y de allí ganar la ladera del Armañón hasta Berezal, entre las cimas de Armañón y Los Jorrios, donde existen derivaciones para subir a ambas. Desde allí se seguirá la divisoria con Cantabria, pasando el Alto de Carcelares, La Galupa y Surbía, para luego, pasado El Cueto, flanquear la calizada de Mazarredonda hasta el Collado de Ranero, de donde nos podemos derivar al Picón del Carlista o bajar por el lateral de la cantera de Pozalagua hasta la carretera de acceso a Ranero, barrio carranzano del que bajamos por su carretera de acceso, para luego atajar el de Rioseco por el camino de La Cuestuca, enlazando la carretera que general en dirección a Molinar, donde sin llegar al núcleo del barrio, terminamos en el balneario. De esa manera se recorren 25’5 kilómetros, con 1197 metros de desnivel acumulado positivo y 1217 negativos, que pueden salvarse a ritmo fuerte en unas 6 horas y media.
El trazado nuevo del GR 123 no sube a Cueto por la carretera de acceso al citado barrio. Aunque se describe el trazado antiguo, del que se suministra el track, resulta poco interesante chupar asfalto cuando nada más coger la carretera al barrio se puede coger una estrecha calle a la derecha, que termina en una casa, de la que sale un sendero a la derecha, enlazando una pista que se toma a la derecha, bifurcándose a la altura de unas antenas, y tomando a la izquierda llegamos a Cueto por pista, con mejores vistas y sin pisar el incómodo asfalto.
En la bajada a Ranero se plantea similar situación, en que el trazado nuevo va por zona sin asfalto y más interesante, bajando la cantera de Pozalagua por el lateral derecho, hasta la entrada de la cueva, de donde sigue al frente, hasta el aparcamiento, donde pilla una pista a mano derecha, en descenso, ignorando los ramales a la derecha que llevan al mirador de La Zoja, y tras dejar el acceso a dos cabañas a la derecha, abandona la pista por un sendero a la derecha, y bajamos, ignorando el sendero a la izquierda que lleva a un chamizo, para bajar a la derecha, rebasando la ruina de una cabaña, hasta una bifurcación donde al frente bajamos a Molinar, o a la izquierda accedemos a Ranero, indicado pero sin marcado (de manera que atravesamos una mata de bosque e ignoramos un ramal de sendero a la izquierda, para otra mata de bosque tras la que salimos a un cruce donde dejamos a la izquierda el acceso al cementerio y tomamos al frente, entrando al barrio, en la plaza central, donde encontramos una fuente). Si seguimos la bajada, sólo queda ignorar un ramal a la derecha y enlazamos la carretera de acceso a Ranero, en una fuerte curva más abajo del barrio, y aquí ya coinciden trazado antiguo y nuevo.
Comenzamos a andar en el Ayuntamiento de Trucíos, donde tomamos por la carretera hacia Valle de Villaverde, y al poco vemos a la derecha la carretera hacia Cueto, por donde tomamos, ignorando una calle estrecha en ascenso a la derecha y llegando a un cruce, donde tomamos a la derecha, siguiendo sin dejar el asfalto en ningún momento. Tras el primer núcleo la carretera gira a la derecha, dejándonos en el segundo, donde gira a la izquierda, hasta llegar a un parking antes de la última casa, donde vemos un cruce de pistas en el que seguimos la principal, al frente. Así llegamos a un cruce en el último núcleo, el más alto, donde seguimos al frente, en ascenso, tras el que ignoramos un ramal de acceso a vivienda a la izquierda, y siguiendo el hormigón hasta dejar un ramal forestal a la derecha y alcanzando una inmediata bifurcación hormigonada donde tomamos a la derecha. Tras dejar un ramal forestal a la derecha y rebasar un amplio apartadero, seguimos el ascenso, ignorando otro ramal a la derecha de acceso a finca y cabaña, y tras un nuevo apartadero, la pista se mete en una mata de bosque donde encontramos la primera cabaña de Valnero, donde abandonamos la pista principal y tomamos a la derecha, por un ramal menor que sobrepasa otra cabaña.
Tras ésta, salimos a un depósito de aguas, después del que salimos a enlazar la pista abandonada, que retomamos en ascenso, saliendo al Posadero, donde ignoramos un ramal a cada lado y seguimos en la pista principal, ascendiendo e ignorando un ramal a la derecha a los pocos metros. Mientras ascendemos seguimos fieles a la pista, ignorando una pistilla de atajo de una curva, y llegando a la manga de ganado de Propuente, donde seguimos la pista, ignorando un ramal secundario a la izquierda, y al poco otro tras la masa de pinos. Continuamos nuestro ascenso por la zona de Cojorcos, ignorando un ramal a la izquierda, y al poco otro a la misma mano, que se dirige a La Lama, para flanquear en cómodo y lento ascenso, la ladera de Armañón, llegando al collado de Berezal. En este punto podemos atacar la ladera a la izquierda, saltando el alambrado y ganando Los Parapetos, de donde seguimos la crestería a su izquierda y alcanzando la cima con vértice del Armañón. Igualmente podemos seguir la cresta a la derecha, pasando el Ilso de La Bandera, y llegando a un collado donde ignoramos la pista a la izquierda atrás, y otra a la izquierda adelante, así como los ramales de pista a la derecha hacia el interesante canal que atraviesa la loma y conecta con el sistema de aprovechamiento de la cuenca del Remendón, y el sendero que va a la derecha hacia el chozo de Castillo Pedreo (ambos ramales del PR-BI 120)…e ignoradas todas esas posibilidades, atacamos la ladera caliza, siempre del lado que da a Trucíos, siguiendo con cuidado el sendero de ascenso que nos deja en la cima de Los Jorrios, con su bonito buzón de montaña. Exploradas estas posibilidades, o no, desde Berezal giramos a la izquierda por la pista, que rebasa un refugio y llega a una bifurcación donde ignoramos el ramal que se junta por la derecha, hasta enlazar una pista, ya con el Valle de Carranza en todo su esplendor, al frente. Apenas la seguimos unos metros y la abandonamos para flanquear el Cueto de Cabaña Vieja por su derecha, llegando a atravesar la pista abandonada en una amplia curva, y cogiendo por un ramal que sigue al frente.
El ramal gira a la derecha a enlazar de nuevo la pista pero tomamos al frente, siguiendo una huella en la crestería, que nos lleva a rebasar Campilloverde, y que seguimos cómodamente hasta el Alto de Lo Carcelares, tras lo que ignoramos la pista que va hacia la derecha al Picos Lodos, y seguimos al Alto Las Minas, desde donde se define una pista en descenso, que no abandonamos por un ramal a la derecha hacia una estabulación. Así rebasamos La Galupa, fieles a la pista, hasta que, rebasado un ramal secundario por la derecha que ignoramos, vemos un sendero a la derecha y por él abandonamos la pista, flanqueando una peña hasta llegar al borde de una finca, en el Campo del Avellanal. Toca ahora seguir la cresta que sigue la divisoria con Cantabria, diciendo adiós al cierre de la finca, y llegando a Surbías, tras lo que seguimos al frente, llegando al borde de otra finca cerrada, con estabulación abajo a la izquierda, y toca ahora seguir al frente, por un sendero que mantiene altura por la ladera derecha del Cueto.
Ignoraremos los caminillos de descenso a la derecha, a una cercana pista que avanza en paralelo y que sube del barrio de Torcollano, en Ojébar. Toca mantenerse atentos, por el sendero de flanqueo, sin hacer caso a sendero alguno que nos baje a las cabañas a nuestra derecha, flanqueando la peña caliza de Mazarredonda. A nuestra derecha quedan más cabañas y una torreta de línea eléctrica, y aquí vemos ya toda la vallejada que nos separa de la sierra de Gibaja, y el sendero gira a la derecha, flanqueando la calizada que nos deja en la zona más amable de Las Campas, donde enganchamos el trazado del PR-S 23, que tomamos en ascenso a la izquierda, recorriendo la vaguada que nos deja en el Collado de Ranero. Aquí se puede seguir el PR a la derecha, hasta un punto donde se deja de ascender, y se puede atacar la cima del Picón del Carlista a nuestra derecha…o se puede emprender el descenso hacia Pozalagua. Para esto, seguimos el sendero de descenso, y al llegar al borde de la cantera, tomamos por la izquierda de la misma, siguiendo un sedo que nos deja en una pista que nos enlaza al momento con la carretera que a la izquierda lleva a Ranero, barrio carranzano al que llegamos sin abandonar el asfalto por pista alguna.
Una vez en Ranero, salimos del pueblo por la derecha, bajando por su carretera de acceso, hasta que tras una fuerte curva, donde ignoramos una pista a la derecha, rebasamos una vivienda tras la que vemos una carreteruca a la derecha, y por ella salimos, encontrando al momento una pista a la izquierda, que tomaremos. Por ella avanzamos entre las casas de La Caseta, ignorando la bajada a unas viviendas a la izquierda, y llegamos a coger un camino por la izquierda del acceso a la última casa. Comenzamos así un cómodo y bonito descenso, rebasando las últimas cabañas y bajando por la pista de La Cuestuca, sin duda alguna, hasta una vivienda, a cuya derecha está ya la cantera, y tomamos por un camino a la izquierda, en descenso, que nos baja a enlazar la carretera de Ranero y Santecilla, que tomamos en corto descenso a la derecha, enganchando la general, que tomamos a la izquierda, en dirección a Molinar. Por el borde de la misma, rebasamos un asador, y al rato vemos a la mano derecha el balneario de Termas de Molinar, donde termina la etapa.
Adjunto un archivo kmz, dibujado sobre ortofoto IGN a partir de los gpx grabados en la zona con un Garmin Oregon 550, y corregido en alturas según modelos de elevación MDT05. Un saludo!
