La ruta, quizás la más popular del pueblo, y conocida comúnmente como La Vuelta Al Monte, consiste en un circuito que recorre el contorno del Monte Buciero, comenzando en el Fuerte de San Martín para ganar altura hacia la Casa de La Leña, donde se pueden apreciar los acantilados de la Peña del Fraile, para después llegar el cruce de 4 caminos, desde donde podremos descender las escaleras que bajan al Faro del Caballo (o apreciarlas desde la Batería de San Felipe), para después continuar la vuelta hasta el Faro del Pescador, adonde llega una carretera cortada al tráfico, que nos enlaza con el Barrio del Dueso. Desde éste, y rebasando el Polvorín del Dueso, subimos una pista hormigonada hacia el Fuerte del Mazo, adonde nos llegamos, y tras rebasar el Polvorín del Helechal, cogemos la carretera que baja del monte hasta el Fuerte de San Martín, pasando al lado de la Batería Alta de San Martín, y disfrutando de unas vistas privilegiadas de la desembocadura del Asón y de gran parte de la Montaña Oriental de Cantabria.
En total, se recorren 10'61 kilómetros, con unos 550 metros de desnivel acumulado, que se superan en unas 4 horas, con paradas.
Partimos desde la entrada al Fuerte de San Martín, para subir la cuesta que sube al monte...
...donde a escasos metros la carretera se bifurca, y tomamos de frente, hacia el Fuerte de San Carlos.
Ignorando una pista de cemento que sube a mano izquierda, rebasaremos una zona de aparcamiento, y de nuevo la carretera se bifurca. A mano derecha llegaríamos al Fuerte de San Carlos, pero nuestro camino va por la izquierda, en ascenso.
En la subida, rebasamos unas piedras que cortan el acceso de vehículos, y la carretera termina, al lado de la cantera de Murcia, y el camino continúa en modo pista rocosa...
...que es una antigua calzada militar, y al poco rebasamos las ruinas de un antiguo puesto de guardia, posteriormente usado de vivienda.
Un poco más arriba encontramos una oquedad en la roca, conocido como el Culo de Santa Marta o tía Marta, por donde se nos une un senderillo por la izquierda...
...y tras rebasar una estabulación, ya oculta entre la vegetación, llegamos a una curva, la primera en sombra, encima de la Cueva del Perro.
En cuanto salimos de la sombra, veremos una camberuca a mano derecha, que ignoramos, y que nos dejaría en la malograda Batería del Peón. Enfrente de nosotros, en lo alto, se ve el Pico de las Cazuelas.
Continuamos ganando altura, rebasando un murallón conocido como Piedra Lisa...
...y al rato de ganar altura, llegaremos a una curva, impresionante cortado sobre el acantilado, que nos deja frente a la Peña del Fraile (es aconsejable no fiarse de las barandillas de madera).
Continuamos camino para rebasar la Casa de la Leña, antiguo cuerpo de guardia y posterior vivienda...
...y escasos metros más adelante nos encontramos con una bifurcación, que por la izquierda lleva a las antiguas minas y al Valle de Los Avellanos, pero nosotros continuamos de frente.
Compartimos desde aquí el camino con el de Culminaciones del Buciero.
Tras un tramo de subida, llegamos a la curvona conocida como el Sangradero...
...y llegamos al punto más alto, desde donde comenzamos a perder altura tras un punto a ras de acantilado.
En la bajada, de nuevo protegidos por la tupida vegetación, dejaremos un claro sendero a mano izquierda (a la derecha hay otro menos claro que ignoraremos igualmente), que lleva al Cruce de 5 Picos por la Poza El Agracio...
...y un poco más abajo ignoramos otro amago de sendero a la izquierda, para seguir por el camino principal...
...donde veremos la Piluca del Agua, una roca donde se acumula la lluvia.
El camino se abre, y llegamos al cruce de 4 caminos, donde la señalización, bastante maltrecha, resiste. El camino continúa de frente, pero antes podemos hacernos a la derecha, para echarle un ojo al Faro del Caballo.
Para ello perdemos un poco de altura...
...y llegamos al inicio de sus casi 800 escalones en descenso. A la izquierda comienzan los mismo, pero caso de no querer bajar y subir, podemos hacernos a la derecha.
Por esta mano, en menos de un minuto nos encontraremos con la antigua batería de San Felipe, cuyos cañones descansan en el fondo marino a los pies del acantilado, y cuyo cuerpo de guardia es apenas una ruina, pero que cuenta con unas preciosas vistas de la costa cántabra ya cercana a Vizcaya...
...además de que podremos observar el faro y sus impresionantes escaleras.
Si al final nos decidimos a bajar hacia el faro, nos espera una vertiginosa bajada, donde podemos observar perfectamente, gracias a las limpiezas realizadas por particulares y presos del programa Nacar, todos los escalones y tajeas...
...que van salvando la brutal bajada por el acantilado.
Finalmente el camino se separa de la pared caliza para dirigirse hacia el saliente sobre el que se ubica el faro, sin ser conscientes de que pasamos por encima de un túnel natural y de que debajo de nuestros pies está el mar...
...y llegamos al Faro del Caballo, lugar que la respiración, a pesar de la demolición del edificio que era vivienda del farero, a pesar de que arrancaran la puerta en el 2011 y la lanzaran al mar, o a pesar de que pintamonas locales se dedicaran a graffitear el exterior. Tras las citadas actuaciones de particulares y presos del Nacar, el entorno ahora aparece cuidado, con papeleras, estructuras de escaleras y lavadero recuperadas...
...y un acceso a las plataformas para acceso al mar mucho más cuidada. En verano, el chapuzón es el imprescindible premio al descenso (ojo si hay marea baja porque puede ser difícil volver a subir desde el agua).
Acabada la visita al faro, nos queda pagar por la misma, y volver a subir las escaleras, con todos sus escalones, que quedarán grabados en nuestra memoria.
Resuelto el ascenso, volvemos al cruce de 4 caminos, y tomamos a la derecha, para seguir por el trazado del camino...
...comenzando a perder altura lentamente, e ignorando el muy sutil sendero que lleva a La Mula y El Arco, por el antiguo (y bastante expuesto) sendero entre faros.
Mientras la pendiente de descenso aumenta, ignoramos una cambera a mano izquierda, algo oculta por los árboles caídos (que lleva a una antigua carbonera)...
...llegando al punto del descenso en el que nos despedimos del PR-S50, que sube por un empinado sendero a la izquierda hacia La Atalaya.
Seguimos adelante y pronto nuestro camino termina en la manera que lo hemos seguido, ya que la cambera termina, y lo que sigue es un rocoso sendero por la ladera, en la que ganamos altura, con la ayuda de postecillos y cuerda que protegen de un eventual resbalón.
Finalizado el corto ascenso, perdemos parte de la altura por otro sendero con cuerdas, más terroso que el anterior, que zigzaguea hasta equilibrar altura...
...y seguimos avanzando, ignorando un empinado sendero a mano derecha, pintarrajeado de azul, que lleva a la Roca del Agua.
Unos metros más adelante aparecemos encima del Faro del Pescador...
...y enlazamos la carretera de acceso al mismo desde el barrio del Dueso, cerrada al tráfico de vehículos.
Toca ahora dirigirse al citado barrio, ganando altura, ignorando primero un sendero que se interna en el encinar por la izquierda, marcado de azul, y que lleva a Yusa...
...y la entrada a la finca del Torrero, a mano derecha.
Acabamos de ganar altura, no sin antes echar una vista atrás para despedirnos del faro, y comenzamos el descenso, viendo una amplia cambera a mano derecha que baja a la Batería del Águila, y un senderillo a la izquierda pintado nuevamente de azul, que lleva también al Dueso, e ignoramos ambos para continuar por la carretera...
...que pronto nos deja una bonita vista de la playa de Berria y los montes de Noja y Argoños, costa de Isla y demás.
Continuamos nuestro descenso, hasta que aparece a nuestra derecha el Penal del Dueso, y al fondo distinguimos los macizos de Mullir, San Vicente, Hornijo, Enguinzas...
...hasta llegar a un cruce donde seguimos de frente, hacia el Barrio del Dueso, ignorando la carretera que baja a la derecha hacia la zona del cementerio, pasando por la Batería de la Cueva.
Ganamos unos metros de altura y giramos a la derecha, para llegar a la zona de las pistas deportivas de las antiguas escuelas...
...y al pasarlas, giramos a la izquierda para tomar una pista hormigonada, que nos hace pasar al lado del Polvorín del Dueso, agujero de dinero público, que sigue cerrado para el idem. Compartiremos ahora, hasta volver al Fuerte de San Martín, trazado con el sendero de Tradición Pesquera y Fuertes Napoleónicos.
La pista gana altura con una fuerte pendiente, e ignoramos un ramal a mano izquierda que sube a Yusa, para continuar ascendiendo, de nuevo en compañía del sendero de Culminaciones del Buciero...
...y un poco más arriba aparece a la derecha el Fuerte del Mazo (o de Napoleón), donde las dimensiones del agujero de dinero público tienen cotas obscenas, y donde igualmente no podremos entrar.
Continuamos adelante e ignoramos una pistilla que viene por la izquierda desde Yusa, sino que continuamos hacia la derecha, rebasando unos enormes eucaliptos...
...y poco después ignoramos un sendero que va a la izquierda hacia el centro del bosque (y por el que llegaríamos a 4 caminos), para seguir hacia la derecha, en ascenso.
Tras otro poco de ascenso, enlazamos el acceso al Fuerte del Mazo, donde un poste nos hace girar a la izquierda, pudiendo observar el impresionante Polvorín del Helechal, y el macizo del Buciero.
Mientras seguimos adelante, ignoramos el sendero que baja a mano derecha, conocido como El Salticón (que nos dejaría rápidamente en el Barrio La Alameda de Santoña)...
...y nos despedimos por última vez del Culminaciones, que sube a la izquierda hacia el Buciero, y sólo os acompaña ya el trazado del Tradición Pesquera.
Sólo nos queda bajar por la carreterucha que nos devolverá a San Martín, rebasando un antiguo calero que hay entre la maleza a la izquierda frente a una entrada a finca...
...y pronto disfrutamos del descenso gracias a las vistas de la desembocadura del Asón, de los macizos tributarios al Asón y Miera, así como de la vista de Santoña.
En la bajada rebasamos la Casa Blanca, donde ahora la vista se amplia al Puntal y la playa de Laredo...
...y continuamos perdiendo altura, ignorando las entradas a casas y fincas, para llegar a otra fortificación a mano izquierda, la Batería Alta de San Martín, donde se hizo una reforma destrozo, dejando los interiores como si fueran un baño, casi tirando los sillares de los cañones, y como en los anteriores casos, dilapidando dinero público para acabar cerrado a cal y canto.
El camino continúa en descenso, ignorando una pista cementada a mano izquierda, aunque se puede atajar gracias a un espacio anteriormente cegado y ocupado por una huerta, que tiene un pasadizo por debajo de la carretera.
Bien por uno u otro lado, llegaremos de nuevo a bajar al Fuerte de San Martín, donde cerramos el circuito y damos por concluida la ruta.
Adjunto un archivo kmz, editado a partir del original, grabado con un Garmin Oregon 550. Un saludo!